miércoles, 17 de septiembre de 2008

como se formo




Durante la década de los '60 y '70, la creencia en el Triángulo de las Bermudas - ese trilátero imaginario formando por los vértices de las islas de Puerto Rico, Bermudas y Cayo Hueso en la Florida - no sólo era la moda, sino una materia de rigueur para cualquier interesado en la melange de temas que rodeaban al fenómeno OVNI y lo paranormal. La biblioteca personal de cualquier entusiasta casi seguramente incluía un buen número de libros, la mayoría de ellos ediciones rústicas, acerca de los misterios del mar: buques desvanecidos, objetos no identificados saliendo del mar, y la posibilidad de que la mítica Atlántida aún estuviese activa bajo las olas del Atlántico después de miles de años.
Autores como Charles Berlitz, Richard Winer y John Wallace Spencer se convirtieron en los máximos exponentes de la realidad de la figura geométrica en el agua que devoraba aparatos hechos por el hombre sin dejar rastro de ellos. Otros autores se vieron obligados a pescar misterios en otros mares: algunos, como Jay Gourley, los encontraron en el Lago Ontario, cuyas anomalías magnéticas siguen siendo una realidad hasta el presente; otros como Kevin Killey echaron sus redes en el "Meridiano del Diablo" cerca de la australiana isla de Tasmania.
Pero con el paso de los años, y la aparición de nuevas obras investigativas como la de Lawrence David Kusche, que apuntaban hacia un origen mundano de las desapariciones, o al hecho de que muchas de las embarcaciones jamás existieron, el interés por el Triángulo de las Bermudas comenzó a menguar, o al menos dejó de ser una fascinación para la nueva generación de fanáticos de lo paranormal. No obstante, todavía existe una cantidad de eventos sin explicar que tienen su origen en las aguas del Atlántico - eventos que jamás han sido incluidos en los libros que tratan sobre el tema.

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